13 de marzo de 2011



Su piel era terciopelo, sus labios pura golosina, sus ojos brillaban como bombillas
y su pelo era mejor que la seda. Él la miraba delicadamente, según él pensaba que cualquier
cosa brusca podría destruirla y cada noche soñaba con darla el beso más dulce
y suave del mundo.
; Entonces así, sería suya para siempre.